Tierra de ganaderías de toro de lidia que se extienden sobre un fondo de marismas y dehesas. La marisma es un terreno llano y pantanoso que riega el cauce del Guadalquivir. En la pleamar se inunda con las aguas saladas que suben del Atlántico, haciendo un suelo fértil para el arrozal y la cría de toros de lidia. Así empezamos a disfrutar Sevilla. Y nos falta su color, su sabor y su alegría…En su sierra podemos hacer múltiples actividades de aventura como descenso de barrancos y rutas de senderismo. Hay pueblecitos interesantes para visitar como Cazalla de la Sierra, Constantina, Lora del Río o Peñaflor. También tenemos que apuntar Écija, llamada la ciudad de las torres, por la gran cantidad que tiene. En torno a la plaza Mayor abundan las casas-miradores y los bellos palacios renacentistas. Y Carmona, con su precioso parador en el que organizar convenciones o celebraciones como bodas. Pasaremos por Estepa para degustar y comprar afamados polvorones y nos vamos a tomar un fino o una manzanilla a Sevilla capital. Quién no conoce su Torre del Oro o La Giralda. Pero hay que adentrarse en Triana o en Santa Cruz para dejarse llevar por el arte sevillano a ritmo de palmas y sevillanas. Numerosos restaurantes y locales para ocio nocturno completan la noche sevillana que es escenario ideal para celebrar despedidas de soltero o cenas con amigos al son de una guitarra. Para dejarnos cautivar, sus fiestas: la Semana Santa y la Feria de Abril. Sevilla se llena de turistas, devotos y amantes de la fiesta y la alegría…y si te gusta el fútbol, no te pierdas un Sevilla- Betis. Un derbi para vibrar. Te llevamos para que la vivas intensamente.