Deliciosos mariscos, parajes únicos y “camino” por recorrer. Así se muestra toda Galicia. Entre sus alturas podemos destacar el parque natural y el puerto de Piedrahita del Cebreiro, entre otros. Hacia la meseta central se pueden ver la meseta-depresión de Lugo o las depresiones de amplios horizontes de Sarrià y Monforte de Lemos. La costa, que se extiende desde la desembocadura el Eo a la del Miño, alberga las Rías Altas y las Bajas, sin olvidar las islas y los islotes que la rodean, especialmente las islas Cíes, que es reserva natural. Hay que dejarse llevar hasta sus rincones, ya sea en autocar o minibus y explorar sus maravillas. Por ella transcurre y en ella concluye el Camino de Santiago. Todo un imán para turistas y fieles devotos de l santo y de la tierra gallega. En ella, Lugo, se muestra en cuatro zonas; la llanuras meridionales de Monforte de Lemos como eje neurálgico de comunicaciones y capital de la Tierra de Lemos, rica en cereales, con alternancia de viñedos y gándaras. La tierra de Sarriá, es un punto característico para realizar excursiones. Hay una fiesta que se llama del Aguardiente, que se celebra el domingo de Resurrección. No hay que perdérsela. En Lugo ciudad hay que degustar “pulpo afeira” y vivir la noche pues es muy animada y tiene bastantes pubs. Para llenarse de mar y rías, es obligación visitar Ribadeo. En él hay un parador de turismo en el que celebrar estupendas bodas. Bonita provincia que palpita en casa recodo del camino.