Dos hoces la cruzan y la dividen, la del Júcar y la del Huécar. Así aparece la ciudad; dividida en dos con su precioso puente de San Pablo, sus inigualables casas colgadas y su parador. En él se dan citas eventos de gran elegancia y se pueden celebrar bodas. Nos vamos a comer por sus restaurantes típicos y degustamos ajoarriero, zarajos o morteruelo. También gazpacho pastor. Delicias conquenses regadas con vinos de La Mancha. Y no olvidar la Ruta del Puchero que es más que apetecible y que reúne adeptos de la cuchara entre noviembre y diciembre. Si somos amantes del deporte en el campo o de la naturaleza, no debemos obviar la visita en autocar al Parque Natural de la Serranía de Cuenca. Podemos, además de hacer senderismo, montar a caballo o hacer tirolina. En los aledaños de este parque se dan cita grupos de jóvenes que quieren celebrar despedidas de soltero pues la oferta de casas rurales es amplia y también la de turismo activo y de deportes de aventura. Un enclave que recoge múltiples visitas escolares y de adultos también es la Ciudad Encantada, lugar natural que posee formaciones de rocas calcáreas o calizas de formas singulares. Está cerca de la localidad de Valdecabras, muy cerca de Cuenca ciudad. No hay que perderse Alarcón, pueblo que posee un castillo en lo alto de una cima (actualmente es un aparador) y que tiene gran atractivo por su orografía natural, entre río y montaña. Se pueden practicar diversas actividades acuáticas como piragua o kayak y es un lugar literario pues Don Juan Manuel paseó por él los diálogos del Conde Lucanor y su fiel Patronio. Pon fecha y te llevamos…