La capital fue mandada construir en 1255 por Alfonso X El Sabio, quien ordenó que tenían que rodearla murallas con ciento veinte torreones. Por eso, su estética ya es original en sí misma. En el centro del Campo de Calatrava se encuentra Almagro, que bien merece un recorrido por sus anchas calles con casas bajas, de blancas fachadas y una riquísima rejería. Hay que reseñar la plaza Mayor y el Corral de Comedias, en el que se celebra cada año un certamen de teatro. Muchos escolares de diversos puntos de España la visitan para empaparse de su saber histórico. A veces, incluso hacen noche y se hacen en autocar muchos kilométros. La visita, sin duda, lo merece. Especial importancia tiene el Parque Natural de las Tablas de Daimiel, región de unas 2.200 hectáreas de extensión enclavada en la confluencia del río Cigüela con el Guadiana, y donde se siguen posando una enorme variedad de aves migratorias. Paisajes bonitos, de naturaleza intensa y de colores propios del campo en La Mancha. Es toda una experiencia recorrerla y disfrutarla con las pausas propias de un autocar. Otro enclave singular es el Valle de Alcudia, que puede considerarse un valle invernadero del ganado trashumante de la península y en el que tal vez, tuvo su origen el ganado bravo de lidia. Si desea hacer una escapada en minibús a un circuito de relax, Ciudad Real tiene el balneario ideal y se puede complementar con una ruta temática sobre vino, con cata y degustación, por lugares como Socuéllamos, Valdepeñas y Campo de Criptana. Y no hay que dejar pasar la posibilidad de ir a los encierros de Almodóvar del Campo. Toda una atracción arraigada y llena de emoción.