Almería posee la alegría del sur y la luz del Mediterráneo, además sus gentes son acogedoras y encantadoras. La capital es disfrute de tapeo variado, vinos y “pescaíto frito” en cualquier época del año. Aunque hay dos momentos especiales en los que la ciudad ruge con turistas y un gran ambiente: la Feria, en agosto y las Cruces, en mayo. Música, fuegos artificiales y un sinfín de propuestas tienen ambas festividades. Sin duda, para que prepares tu excursión. La provincia también posee pueblos con un encanto especial, como es el caso de Mojácar. Todo blanco y marinero, conserva el sabor pintoresco y auténtico en cada una de sus calles. Tiene mucho ambiente nocturno y es un lugar ideal para organizar un veraneo de sol, playa, buen comer y juerga nocturna. De hecho, es destino de celebraciones de despedidas de soltero. Cabo de Gata es el enclave natural por excelencia, con playas preciosas y un paraje para recorrer a pie. También para hacer múltiples actividades deportivas. Entre estas playas, destaca la mítica playa de Las Negras, conocida por su ambiente hippie. Roquetas y Aguadulce son dos localidades muy turísticas también de la costa almeriense y que tienen mucho ambiente y San José es un destino de veraneo familiar y relajado con encanto propio. Pero hay que mencionar también la Sierra de los Filabres que recogen pueblos con sabor propio entre las altas montañas. Es el caso de Velefique. Para redondear la propuesta de Almería, nos subimos al autocar para ir al Desierto de Tabernas en visita escolar o grupal para adentrarnos en los legendarios rodajes de las películas del oeste. Curioso y atractivo.